domingo, 23 de septiembre de 2012

Tú que me lees...

Soñé contigo.
Oh sí.
Tú que me lees estuviste en mi sueño. E hicimos el amor.
Con tanto candor.
Sudamos revolcándonos en el sudor del otro.
Hoy te veo. A ti y a tus cejas pornográficamente velludas, a esos ojos de asesino. Tus tatuajes enigmáticos.
Y no.
No me hablas.
No me deseas.
Todo porque un día, hace tiempo, hice lo contrario a lo que hice en mi sueño, te rechacé.
Ni hablar.
Tengo miedo de ti.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Mi marido

Apenas salió del hospital hace dos días. Tiene cirrosis hepática. Por andar de puto borracho, aunque bien podría decir: de puto y borracho. Mientras le ayudaba a zurrar en el cómodo, le dije "trae a tus rameras, a que te cuiden. Nomás las arrimas cuando andas bueno. Me tocan tus puras migajas. Hace meses que no coges conmigo, y si lo haces me dura más un pedo en la cola que tu pito" ¡Se enojó tanto! Muy digno.
Ha estado ya dos semanas en casa y aún no me perdona. Pero acabará haciéndolo. Cuando quiera planchada su camisita para irse de golfo...

domingo, 9 de septiembre de 2012

Por si quedaban dudas...

Jamás he de volver a considerar la pérdida de alguien, sino veo que a la persona en cuestión también le preocupa perderme.

¿Por qué sólo yo he de contener mis más oscuros pensamientos y acciones
en orden de mantener el interés?

Estoy convencida de que también valgo unas cuantas degluciones de palabras venenosas y la ejecución de muchos actos melosos, de esos en los cuales el mundo deja de existir como tal, y se vuelve sólo el "nosotros".

Sino hay reciprocidad, ¿por qué putos he de mantener una actitud cariñosa? ¿En pos de qué? ¿Acaso de la humillación?, ¿masoquismo?, ¿Para no estar sola... ¡¿Más?!?

No soy hermana de la caridad, ni doy mis afectos y lealtad a quien no paga con la misma moneda. Si a quien se relacione conmigo no le preocupa perderme, a mí menos me robará el sueño que ese alguien se marche. No vale el tormento.

Así pues, hoy me propongo no dar el primer paso. Si no hay deseo en el otro, ni para qué buscar. Ya no quiero caer de bruces sobre témpanos de hielo.

Por si quedaban dudas: viajé desde lejos para verlo. Estaba ansiosa por pegarme a sus labios. Él, con la mayor frescura, me canceló la cita, prefirió a sus amigos que ¡viven ahí mismo!... No buscaré hacer el amor, ni vendré a verlo. Seré cínica. Mejor cogeré con mi mano o con alguien más. Prefiero lo último.