jueves, 17 de marzo de 2011

No Somos Amigas, Nos Comemos el Coño


«Les dejo roto el corazón, de eso sí podrán quejarse, mas nunca música mala» dijo mientras exhalaba el humo púrpura que segundos antes había extraído de su largo cigarrillo: papel arroz del más fino liando una hierba desconocida, de la cual ni me tomé la molestia de averiguar el nombre. Sólo supe, sin preguntar, que Adi la consiguió por una amiga que fue a Chiapas.

«Já, no sé a qué viene esa aclaración», contesté en verdad desinteresada.

Adi me miró fijamente, como una pantera agazapada, a punto de atacar, pero se contuvo. Dio un nuevo sorbo al cigarrillo. Tomó el control de la conversación. «En esta ciudad, que con tres personas menos podría ser un rancho, no es fácil hallar chicas guapas, inteligentes y ADEMÁS lesbianas o bisexuales y por muy hermosas que sean, da flojera lidiar con aquellas heterosexuales o aún en "el clóset". Te consta. De ahí que me enrole más con los hombres.

«Eres de las pocas con las cuales es posible entablar cualquier tipo de conversación, tus hábitos de higiene son bastante aceptables, posees un cuerpo sabroso, como si fuera poco me atrevo a decir que gozas de las mujeres más que yo misma...

«¡Vaya que me has analizado! Eres demasiado fría al hacer tu elección, Adi», exclamé entre halagada y ofendida por haber sido estudiada como bicho en disección.

«¡Cállate! Cuesta mantener el temple para poder explicarte la situación, si interrumpes no puedo asegurar que... -hizo una pausa, parecía querer terminar pronto con el asunto, pero seguro no podía evitar demorar tanto, debía ser algo delicado- Está bien, quitaré todo adorno a esto.

«Me gustas, eres buena comiéndote la concha, y no, no somos novias, sin embargo tampoco soy tu "amiga". No hay amor aquí, nada sentimental o con un móvil de cursilería por no ser reconocida, pero la censura no es lo mío. Por ello, si vuelves a decirlo, en el acto aclararé que: "¡No somos amigas, nos comemos el coño!". Tú y yo somos amantes, en el sentido más ilícito de la palabra».

Entendí el mensaje. Meses más tarde Adi y yo habríamos de separarnos, para comprobar por mí misma que efectivamente deja roto el corazón, por sus embustes disfrazados de verdad; sin embargo mi gusto musical refinó gracias a sus enseñanzas. A la fecha oigo canciones que compartimos tiempo atrás y no he vuelto a denominar frente a los demás a mi pareja como "mi amiga".

Y vaya que no es fácil conseguir una buena concha que comerse en estos rumbos, las chicas atractivas están enamoradas del pito... las "disponibles" podrían competir fácilmente con Hermelinda ¿Linda? ¡Argh! Me resta hacer más llevadera la espera de Ella, mientras cojo con un Él.

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