Soñé contigo.
Oh sí.
Tú que me lees estuviste en mi sueño. E hicimos el amor.
Con tanto candor.
Sudamos revolcándonos en el sudor del otro.
Hoy te veo. A ti y a tus cejas pornográficamente velludas, a esos ojos de asesino. Tus tatuajes enigmáticos.
Y no.
No me hablas.
No me deseas.
Todo porque un día, hace tiempo, hice lo contrario a lo que hice en mi sueño, te rechacé.
Ni hablar.
Tengo miedo de ti.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
EYACULACIONES MENTALES DIRIGIDAS HACIA MÍ