jueves, 4 de octubre de 2012

Special Needs, Primitive Needs, Dangerous Needs...

La mayoría de mis obsesiones dejan de serlo para convertirse en auténticas necesidades.

No ahondaré en detalles sobre comida, higiene, cultura..., sino en las de tipo carnal.

Porque una vez que mis ojos se topan con los de otro ser humano, todo mi ser se magnetiza con esa presencia. Dejo de respirar al estar lejos. El cerebro parece encogerse. Detiene mi corazón.

Esta es la explicación de que siempre cargue una "caja de toques". Necesito reactivar mis sistema cada que me enamoro y se aleja de mí el objeto de mi afectobsesiónecesidad.

Han pasado 56 días 4 horas 37 minutos desde que la vi y mi respiración volvió a sentirse entrecortada.

Esas cejas. Sus cejas. Las cejas.

En conjunto con su cuerpo entintado, tributo a letras orientales, figuras etéreas y... ¡aaaaaah! Me gustaría envolverme en ellos hasta parecer rollo de sushi o algo de tipo de la nación del sol naciente.

La mala suerte es que en vez de rodar por suelos cubiertos de flores de cerezo, a la par de unas miradas retorcidas y cobijadas por sus cejas; sólo se me permite sesión de electroshock. Usted sabe, a los obsesivos como yo les preceden las órdenes de restricción.

Si ella no me tuviera miedo , sería yo su caja de toques. Todas las noches.

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EYACULACIONES MENTALES DIRIGIDAS HACIA MÍ