- Sí lo recuerdo.
- Bien ¿Y qué opinas?
- Es alto como una casa. Greñudo colchento. Como un mastodonte rastudo.
- ¡Ugh! ¡Sí, un mastodonte! Me excita pensar en él de esa manera. Has dado en el clavo. Definitivamente es él, ahora mío.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
EYACULACIONES MENTALES DIRIGIDAS HACIA MÍ